15 de agosto de 2009

Un dolor de cabeza...

Gracias a Dios no sufro de dolores de cabeza. Tengo un monton de amigos y amigas que sufren de migrañas y dolores de cabeza frecuentes lo cual muchas veces los lleva a un dolor tan extremo que los hace llorar; hasta la luz o los colores intesifican el dolor. Conocí qué era un dolor de cabeza en el segundo semestre del año pasado: estaba pasando por una situación triste y lloraba a menudo y una vez sucedió algo tan grave que me hizo llorar tanto que literalmente (pensé que era biologicamente imposible y que solo era un dicho) se me acabaron las lagrimas (suena chistoso, pero así fue); había llorado tanto que ya no me salian lagrimas y el sistema interno que las produce había trabajado tanto que todo ese sobreesfuerzo se vió reflejado en un dolor de cabeza insoportable. En los días siguientes cuando tenía ganas de llorar me comenzaba a doler de inmediato la cabeza y no me salian lagrimas por mas lastimada o triste que estuviera. Desde ese momento ya no soy capaz de llorar tanto como solía. Tal vez con toda esa experiencia me volví mas fuerte o simplementé averié algo de por dentro (XD).

Hablo sobre esto porque ayer al final de la tarde me comenzó a doler la cabeza y no sabía por qué; estaba extrañada porque como les dije, nunca me pasa eso. Fuí a hacer un trabajo a la casa de una amiga, no me pasó el dolor. Llegué a la casa, comí muy bien (porque pensé que podría ser eso) y nada. Salí a caminar con mi perrito y no cesaba.

Cuando volví a mi casa, ésta se encontraba completamente sola (exceptuando por mi perrito) y aún faltaban varias horas para que alguien siquiera llegara. Me puse ropa comoda, prendí el televisor y casi de inmediato lo apagué. Me fui a la habitación de mi mami y me acosté allí en esa cama grande, sola, y de repente, sin provocación alguna comencé a llorar...a llorar muchisimo...por largo rato...por todo. Me di cuenta que estaba cansada. Mi alma y corazón estaban exhaustos y ya no podían aparentar mas, simplemente se rindieron y exteriorizaron su dolor. Duré un largo rato ahi con mi perrito junto a mi, extrañada en parte de que tuviera todos esos sentimientos dentro de mi, creciendo y simplemente se hayan exteriorizado de esa manera, despues de todo este tiempo, simplemente ya no podía más.

Lentamente las lagrimas se fueron acabando y mientras se acababan, el dolor desaparecía. Arropé a mi perrito, tomé una almohada y me dormí. No escuché cuando mi familia llegó. No escuché nada, solo dormí...Estaba cansada....

0 comentarios:

Publicar un comentario